viernes, 24 de junio de 2016

Dragon Ball Z: la batalla de los dioses - Crítica Cinematográfica

La popularidad del Manga

TÍTULO ORIGINAL: Doragon bôru Z - Kami to Kami
DIRECTOR: Masahiro Hosoda
GUIONISTA: Akira Toriyama y Yûsuke Watanabe
AÑO DE PRODUCCIÓN: 2013

Fotograma de Dragon Ball Z: la batalla de los dioses


Dragon Ball popularizó el manga en el mundo entero entre finales de los años ochenta y principio de los noventa. Generaciones de niños crecieron delante de la pantalla del televisor esperando un nuevo episodio de las aventuras de Songoku. España no quedó libre de la ola de popularidad animada llegada desde Oriente. El éxito de la serie, que en principio se emitía en los canales autonómicos, proporcionó cuantiosas audiencias a las recién creadas TVG, TV3 y ETB.

Akira Toriyama fue el creador de este pastiche de ingeniosas aventuras, amores de telenovela, comedia gamberra y muchas, muchas peleas, que aún hoy sigue teniendo millones de adictos en todo el mundo, ansiosos de cualquier novedad alrededor de sus personajes favoritos. En 1996, al finalizar la saga Dragon Ball Z, Toriyama cansado de la franquicia, se desvinculó de ella para trabajar en otros proyectos. Toei Animation, la productora del anime, continuó la historia con la saga Dragon Ball GT. El interés del público decayó. Aunque, como ya dije antes, una gran base de fans continuó apoyando cada emisión. Ahora, después de casi veinte años, Akira Toriyama ha vuelto con intención de revitalizar a sus criaturas.

Dragon Ball Z: la batalla de los dioses estrenada en 2013 supone la decimoctava película protagonizada por Songoku. Su argumento entronca directamente con la serie, allí donde la dejó Toriyama, entre el episodio 517 y 518 –entre Dragon Ball Z y Dragon Ball GT–, rellenando un espacio en blanco, dejado tantos años atrás. El regresó del célebre autor de Dr. Slum a su serie más conocida, ha generado una gran expectación. En Japón, su país de origen, las salas se llenaron, convirtiéndose en una de las películas más taquilleras del año. Nadie ha resultado defraudado.

En esta corta aventura –el film apenas dura ochenta minutos–, Songoku se enfrenta a Bills, el Dios de la Destrucción que ha viajado a la Tierra siguiendo una estrambótica profecía. Con tan mala pata, que el dios con facciones gatunas aterriza en el patio de la casa de Bulma cuando esta celebrado su cumpleaños junto a todos sus amigos.
 
Fotograma de Dragon Ball Z: la batalla de los dioses
No es una gran película, pero condensa el espíritu original de la serie. Su humor picarón y sus épicas batallas cumplen con los deseos de los nostálgicos. También que casi todos los personajes de la serie aparezcan ─a veces en breves intervenciones─, con la excusa de reunirse para la fiesta de Bulma. El diseño de Toriyama es reconocible. Sus personajes de angulosas formas, y repletos de detalles pueblan un mundo atemporal con dinosaurios y brillantes maquinas voladoras, planetas de colores imposibles y villanos con encanto. Los clásicos recursos de animación limitada de la serie se actualizan con el uso del 3D y de modernos efectos digitales.

La trama del guion es lo más endeble. El objetivo de los personajes es buscar un divertimento en su hastiada vida. Y deciden enfrentarse por el mero hecho de medir sus fuerzas. Es verdad que la sucesión de gags y el tono auto-paródico hacen que te olvides de los fallos del libreto. Pero hacia el final, cuando tiene lugar la gran batalla, las desmesuradas y prolijas explicaciones se hacen un poco monótonas y el ritmo trepidante, imperante hasta ese momento, decae a demorado. El final es abrupto y ni los personajes ni la historia llegan a alguna conclusión convincente. 

Akira Toriyama ha prometido seguir trabajando en Dragon Ball. Parece que La Batalla de los Dioses es sólo un buen episodio de algo mejor que todavía está por venir.