viernes, 12 de agosto de 2016

Capitán Harlock - Crítica Cinematográfica

Estética aburrida

TÍTULO ORIGINAL: Uchû Kaizoku Kyaputen Hârokku (Space Pirate Captain Harlock)
DIRECTOR: Shinji Aramaki
GUIONISTA: Harutoshi FukuiKiyoto Takeuchi  sobre un manga de Leiji Matsumoto
AÑO DE PRODUCCIÓN: 2013

Fotograma de Capitán Harlock

El largometraje de animación Capitán Harlock trata de actualizar el personaje manga creado por Leiji Matsumoto en la década de los años setenta y que ya ha sido llevado a la pantalla en varias sagas de anime. En esta nueva reencarnación, el pirata espacial se viste con una capa de 3D hiperrealista y deja atrás su espíritu romántico para sumergirse en una oscura melancolía, victimista y trascendental, similar a la del Batman de Christopher Nolan

La película arranca cuando el joven Logan consigue alistarse en la nave Arcadia capitaneada por Harlock. Pronto descubriremos que es un infiltrado enviado por la corrupta Coalición Gaia, que gobierna la raza humana desperdigada por el espacio y que ve en Harlock su peor enemigo. El objetivo de Logan es asesinar al capitán.

Aunque la influencia de la estética de los videojuegos actuales es obvia, el barroco diseño es espectacular. Cada escenario está cargado de detalles sorprendentes y originales. Las escenas de acción, repletas de efectos especiales, no tienen nada que envidiar a los filmes de superhéroes tan en auge en Hollywood. La animación por captura de movimiento de actores le confiere un realismo que contrasta con las figuras estilizadas de los personajes, pero funciona. El film consigue transportarte a un mundo de ciencia ficción. 

El problema es que cuando llegas allí, los guionistas Harutoshi Fukui y Kiyoto Takeuchi no son capaces de contarte una historia coherente, ni siquiera entretenida. En su excesivo metraje la trama no para de dar giros inconexos uno con los otros, y nosotros, la audiencia, nos perdemos enseguida, a pesar de la abundancia de datos y la repetición de situaciones tópicas. El atormentado Capitán Harlock no consigue despertar nuestra empatía y somos espectadores pasivos, alejados y distantes por la incomprensión del mensaje de su odisea. 

En resumen, un espectáculo estéticamente brillante, pero aburrido en lo narrativo.