lunes, 22 de diciembre de 2008

Carta con fecha adelantada.

Poesía




Aquí el aire se adelgaza en láminas de acero
que traspasan la piel más gruesa, el abrigo más seguro;
aquí la nieve cae curva como las piedras que derrota la honda,
y oscura, como la infinita palidez que reparte.

No son las balas de los arcabuces,
ni el odio de cuchillo que empuñan las mujeres y los niños,
ni los molinos que mueven los helicópteros,
ni el suelo de roca de nuestras botas.

No es aquello ni esto- mi querida Elena Ivanovna,
mi amada y lejana madre- quien me asusta.
No es el guerrillero, que mira hacia un desierto hirviente
mientras dice sus oraciones sobre un piso congelado.
Ni sus largos cabellos, ni sus barbas erizadas,
tan cercanas a los terrores de la reciente infancia.

Aquí, en la trinchera, frente a una ciudad sin rostro que dicen Grozni,
temo a esta carta que te escribo con una fecha adelantada.
Al general cuyas palabras desfigura el roce con los dedos de vodka que duermen en su boca.
Temo a la paz de la que dice : “llegará mañana”.
La temo porque será una paz inexistente,
cultivada sobre heridas y mutilaciones,
sobre cuerpos de niños soldados
cuyas madres reciben cartas escritas hace mucho tiempo con fecha adelantada.

Temo a la paz de este general de palabras embotadas
más que al fuego de los enemigos;
porque su paz la tiene planeada sobre la derrota de los otros,
sobre la aniquilación de los habitantes, de los dueños de esta tierra.

En los libros de los tiempos anteriores,
los que el maestro en ocasiones nos lee a escondidas,
se dice que las victorias sobre los pueblos son imposibles,
que la paz injusta es a veces la peor de las guerras.

Es tan largo el frío en esta noche de alas extendidas como meses.

Elena Ivannova, mi lejana y querida madre,
cuando leas esta carta, que escribo con fecha adelantada,
tal vez mi cuerpo ya no tendrá que soportar el tejer y destejer
de las agujas de acero de este aire que nos viste,
ni las sienes como madera debajo de la lana.
ni las palabras del general hablándome de esa paz que estoy seguro será la peor
de las guerras.

Entonces.

Escríbeme tu despedida con la primera flor que brote en el huerto
y sobre todo, avísale a las otras madres que no críen a niños soldados,
o que los hagan sordos para que no escuchen las mentiras de los generales borrachos,
o que les enseñen a leer los libros de los tiempos anteriores,
para que aprendan que no hay paz sin justicia,
que no habrá paz mientras haya un hombre que sea esclavo de otro hombre.
Un territorio sometido. Una desdicha en la mirada de algún enemigo.

Explícales que sin sus hijos las guerras son imposibles,
porque los cañones y lo barcos, los fusiles de asalto,
los aviones y los misiles dirigidos a distancia
necesitan todos ellos de niños soldados
vigilando la plaza Minutka tomada, e inexpugnable, por un frío de acero
y cuerdas de aire..
Explícales, que nuestra manos son estalactitas
sobre estanques de sangre coagulada.
Que se resquebraja el hielo de nuestros ojos cada vez que lloramos.

¡Qué no esperen a recibir las cartas con fecha adelantada!,
nunca la paz puede estar en la decisión de los señores de la guerra
si no en la voluntad de las madres de los soldados que mueren en ellas.

En Chechenia a 29 de febrero del 2000

lunes, 15 de diciembre de 2008

Sólo autorizada para menores de ocho años (acompañados)

La edad de hielo. Ice Age. (Crítica Cinematográfica)
DIRECTORES: Chris Wedge, Carlos Saldanha.
GUIONISTAS: Michael Berg, Michael J. Wilson, Peter Ackerman
ESTUDIO DE ANIMACIÓN: Blue Sky Studios
AÑO DE PRODUCCIÓN: 2002




La “Teoría del Caos” ha demostrado que el aleteo de una mariposa en Pekín puede producir un diluvio en Nueva York, un beso en París: la conjunción de dos galaxias un millón de años después. Por eso, no extrañará nadie que Scrat, una ardilla previsora, en su acopio de bellotas ante el duro invierno que se avecina, provoque involuntariamente una grieta en la corteza congelada de la Tierra que envíe al espectador a La edad del hielo, título del primer largometraje de Chris Wedge (su corto de animación Buny ganó un Oscar). Esta secuencia de apertura tectónica con la que se inicia la película muestra un paisaje de grandes planicies heladas rodeadas de montañas, verticales como acantilados, que recuerdan una versión invernal de los escenarios desérticos de "El Coyote y el Correcaminos".

Y la comparación no es descabellada, porque este filme parece el retorno de los episodios de dibujos animados (cartoon) primitivos. Un género de animación en decadencia; abandonado en beneficio de historias más trascendentes en contenido, más antropomorfizadas en su aspecto y en sus caracterizaciones.

El director parece retomar la trama de "Centauros del Desierto" (1956) de Ford: tres personajes, extraños entre si, unidos accidentalmente alrededor de un líder improvisado que los protege. En este caso un mamut lanudo, acompañado de un oso perezoso y un tigre, que asumen la misión de devolver un bebé esquimal a sus padres. En esta recreación, Wedge evita la transposición compleja del recorrido fordiano, y lo reduce a un estilo charlotesco de escenas vertiginosas de acción (algunas calcadas de Indiana Jones), esquemáticas y previsibles. Tampoco pretende otra cosa.

Rodada en 3D, "La edad del hielo" es la primera película de animación de la Fox creada totalmente por ordenador. Y además de los avanzadísimos programas informáticos utilizados, que consiguen una iluminación y unos movimientos prodigiosamente hermosos, llama la atención la puesta en práctica de una antigua política de esta major sobre algunos guiones. Cuando el fundador de la compañía, W. Fox, trajo a los directores alemanes de la UFA a rodar en EEUU, con la intención de aprender las técnicas expresivas que les permitan hacer películas mudas sin rótulos. Para suavizar la seriedad trágica de los guiones formó un equipo de escritores de gag, que introducidos en la narración diesen un respiro cómico a la congoja continua del espectador. Por ejemplo, el cerdito borracho en "Amanecer" (1927) de Murnau. Aquí parece repetirse el sistema. Pues la intervención de la ardilla da la impresión de querer llenar con pequeños sketchs, ciertamente hilarantes, una acción que de tan simplona podría quedar sosa de más. Y lo logran con creces. Es casi imposible aguantar la carcajada ante las aventuras, paralelas a la trama principal, de la ardilla y sus bellotas.

Dirigida a los niños, "La edad de hielo", gustará a los padres o abuelos que los acompañen, a los tíos que se ofrezcan a llevar a sus sobrinos, a los hermanos mayores. Los que no tengan pequeños en casa que se los pidan al vecino, o vayan solos. Ir a una película únicamente a pasar un rato riéndose, u oyendo las risas de los niños ante las mismas caídas, confusiones y torpezas que nos hicieron reír a nosotros, no necesita coartadas. Aunque, como ésta, sea una película de aquellos viejos e ingenuos dibujos animados de siempre.


miércoles, 5 de noviembre de 2008

El deporte os redimirá.

Hardball (Crítica Cinematográfica)
DIRECTOR: Brian Robbins
GUIONISTA: John Gatins
BASADA EN LA NOVELA: "Hardball: A Season in the Projects" de Daniel Coyle
INTÉRPRETES: Keanu Reeves, Diane Lane, John Hawkes
AÑO DE PRODUCCIÓN: 2001




Conor O’Neil (Keanu Reeves) revendedor de entradas, es perseguido por un montón de acreedores dispuestos a romperle los pulgares, o cualquier otro hueso, con tal de recuperar su dinero. Desesperado, pide ayuda a un amigo de la infancia, ahora próspero banquero. Éste acepta socorrerlo con la condición de que entrene al equipo junior del banco.

Historia de una redención. El resto, lo de siempre: lucha contra la delincuencia, espíritu deportivo, cumplimiento de los sueños… Demasiado visto, demasiado azucarado, demasiados lugares comunes para arrancar alguna lágrima fácil a espectadores sensibles: niños extorsionados, padres ausentes, apartamentos insalubres. No hace falta más. Desde la primera escena cogimos el mensaje: la reinserción de los marginales pasa por el deporte, símbolo del éxito y fraternidad. El complemento a lo inverosímil es Keanu Reeves, un pobre con vestuario de boutique.

“Harball” es una película de segunda clase en Estados Unidos, que aquí, aprovechando su dominio de la distribución, viene a ocupar las pantallas en donde deberían proyectarse algunas obras de arte cinematográfico que sólo nos dejarán disfrutar en funciones de cine club. El Imperio manda. En su mano está obedecerle. No compre el DVD, no la alquile, no vaya a verla. Espere a la sesión de tarde de cualquier televisión. Es el lugar que le corresponde.


viernes, 24 de octubre de 2008

Sentimientos de metal

Metrópolis (Crítica Cinematográfica)
DIRECTORES: Rintaro.
GUIONISTA: Katsuhiro Ohtomo
BASADO EN EL COMIC: "Metropolis" de Osamu Tezuka
ESTUDIO DE ANIMACIÓN: Mad House
AÑO DE PRODUCCIÓN: 2001


Un rasgo esencial de la economía de nuestro tiempo (y de la del futuro que sus dueños prevén), es que está construida sobre la idea de competencia, consistente en un esfuerzo de destrucción recíproca mediante el uso de cualquier medio. Paralelamente, las máquinas van sustituyendo al hombre en sectores cada vez más amplios del trabajo. No se cansan, no protestan, no tienen días malos o gripe, y jamás discuten las órdenes de los jefes ni las prolongaciones de jornada. Asombra la preocupación cada vez más creciente de los autores de ciencia ficción por el tema de la humanización de la máquinas, desde Asimov, aquel hombre que firmó decenas de títulos de libros que otros escribían por él, hasta el reciente fracaso "I.A. Inteligencia Artificial" de Spilberg, o el ordenador rebelde de "2001, Odisea en el espacio" de Kubrick. Todos temen a los artilugios metálicos con sentimientos, con pasiones, con capacidad de compasión o de odio, cuando la historia parece que va en sentido contrario, ellos (los dueños del mundo) necesitan hombres-máquina, nunca máquinas-hombre.

Metrópolis, la película japonesa que se estrena estos días, sitúa la acción en una ciudad del futuro vertical y superpoblada, en donde conviven robots y humanos, ambos con parecidas capacidades pero con distintos derechos. Los robots son ciudadanos de segunda categoría y su descontento significa un peligro para los humanos que detentan el poder, así que deciden destruirlos. En relación con lo dicho en la introducción la superioridad de esta película sobre sus antecesoras ("A.I." la más reciente) es que reconoce implícitamente que es una guerra entre seres iguales e intercambiables: unos de metal, otros de carne y hueso, un simple matiz en la diferencia. Hasta el nudo de la trama gira alrededor de del intento por parte de un padre (el antihéroe) de hacer construir un androide que sustituya a su hija muerta (clonación, pero en la ferretería).




Metrópolis es una película de animación hecha con exquisito cuidado. Basada en un cómic de Osamu Tezuka (dibujante pionero y cumbre del manga), el guión ha sido escrito por Katsuhiro Otomo (autor de "Akira") y dirigida por RinTaro (responsable de la serie "Capitan Harlock"), uno de los más brillantes directores del anime japonés y colaborador y discípulo de de Osamu Tezuka. Se han tardado cinco años en su realización.

El relato original, dibujado por Tezuka en 1949, es un homenaje ala película muda (1927) de Frizt Lang del mismo nombre. Como aquella, es una reflexión sobre el poder de los fuertes y la legitimidad de éstos para eliminar a quién no es útil o es peligroso. Pero el argumento coincide en poco más que en la intención crítica y en su desarrollo en una ciudad superpoblada, vertical y fuertemente estratificada. Donde sí hay una plena coincidencia, genialmente reflejada en la película de RinTaro es en el uso de los recursos visuales, en la innovación de la expresión de la imagen para transmitir al espectador el sentimiento inquietante y terrorífico en un Estado de suprema opresión y control.

Si Lang, uno de los más destacados representantes del expresionismo alemán, consiguió en sus películas una verdadera revolución formal, con la utilización de la cámara desencadenada montada en un balancín para conseguir un acercamiento-alejamiento rápido de los encuadres, los decorados desestructurados, la luz-actriz y el uso de recursos teatrales. Es decir, unió la innovación técnica más avanzada a los medios artísticos a pintura y teatro superados en teoría por el cine. En el filme japonés la combinación de las imágenes computerizadas (3D) y la animación tradicional mediante dibujos en 2D es impecable y consiguen el mismo efecto que su inspirador.

Parece que el tema del enfrentamiento entre máquina y ser humano ha afectado a la cinta misma y al género. Los productores de filmes convencionales protestaron airadamente en el Festival de Berlín por el premio otorgado a la película de animación del veterano director japonés de anima Miyazaky, pues veían en esa confrontación una competencia desleal. No se lo tomen a broma, conozco a algún actor que está aprendiendo informática para que, llegado el caso del triunfo de la interpretación virtual, a la hora del casting lo encuentre dentro del ordenador.


jueves, 16 de octubre de 2008

Cacao

Pensamientos impuros

Bajo ese título genérico se reúnen un grupo de artículos sobre temas de actualidad, que fueron publicados en diversos medios de comunicación a principios de la década del dos mil.

Pretendo más una labor de compilación de lo disperso que una recuperación de lo interesante. El tiempo no perdona a nada ni a nadie. Tampoco a las opiniones.


Hay noticias que pasan inadvertidas. Son poco más que una fastidiosa tarea para los maquetadores de los periódicos, pues deben encajar su falta de interés entre las primicias relevantes que son ahora: las declaraciones banales, las bodas escandalosas, las vidas en escaparate de papel cuché. Son noticias importantes para los que nunca leen periódicos; lejanos hombres y mujeres, cuya existencia transcurre, para nosotros, tan inadvertida como las noticias que les afectan.

La U.E. ha autorizado que sea etiquetado como chocolate, cualquier producto comestible de su apariencia, aunque no contenga cacao. Los consumidores de chocolate tendrán que examinar las composiciones declaradas, para que bajo el sabor embozado por artificios no les den grasas vegetales sustituyendo al cacao y sus delicias. Pero el problema no está en la burla a los golosos de Europa, ni estos van a dar un jicarazo como las damas mejicanas del siglo pasado ante la prohibición del obispo Salazar de que lo tomaran en la catedral. No habrá envenenamiento ni motines.

Los afectados son los cientos de miles de trabajadores africanos que viven del cultivo del cacao, principalmente en el África Central. Son países enteros a los que el reparto colonial asignó el papel de proveedores de esa materia prima, lo cual redujo su economía a la precariedad del monocultivo; que ahora, con igual razón que se arroga el que se considera dueño y señor de vidas y haciendas, les van a sacar. La responsabilidad es de las mismas multinacionales de inmaculada apariencia que, sin escrúpulo alguno, intentaron hace unos años introducir las leches maternizadas en el Tercer Mundo; ante la desesperación de la OMS (Organización Mundial de la Salud) que veía como la lactancia materna desaparecía, y con ella uno de los instrumentos de lucha más eficaces contra la mortalidad infantil. La cordura se impuso y la campaña cesó.

Esa misma cordura deberá prevalecer para evitar la aplicación de esta nueva normativa sobre la composición del chocolate. Europa, que invierte millones en colocar barreras a la emigración procedente de esos países, debe saber que su desarrollo es lo único que impedirá una avalancha incontrolada, lo otro es ponerle puertas al viento. El uso del cacao es una de esas medidas, que no solo agradecerán los paladares exquisitos de muchos europeos sino, y eso lo más importante, no privará de recursos a los que los poseen tan escasos para sobrevivir.

Segovia, 28 de marzo del 2000.

viernes, 26 de septiembre de 2008

El poder de la electricidad.

Pensamientos Impuros
Bajo ese título genérico se reúnen un grupo de artículos sobre temas de actualidad, que fueron publicados en diversos medios de comunicación a principios de la década del dos mil.

Pretendo más una labor de compilación de lo disperso que una recuperación de lo interesante. El tiempo no perdona a nada ni a nadie. Tampoco a las opiniones.


El general Pinochet fue liberado, el jueves día 2 de marzo, por el Gobierno del Reino Unido, país en donde el 16 de octubre de 1998 había sido detenido siguiendo una orden de búsqueda internacional dictada por la Justicia española. Sometido a un proceso de extradición de complejos avatares jurídicos, impuestos por las presiones del Estado Chileno y sus alíados . Ha sido puesto en libertad aduciendo su precario estado de salud, que le impedía ser juzgado. Los informes médicos presentados por el ministro inglés de interior Straw y filtrados por el ministerio de Exteriores español (con un descaro que avergonzó a los medios jurídicos de todo el mundo), describían a un enfermo casi terminal, con sus facultades psíquicas totalmente disminuidas e incapaz de articular cualquier respuesta coherente, en consecuencia imposibilitado de defenderse ante un tribunal. Era un hombre viejo y abatido, al borde de la demencia; trasladado, como un objeto inerme, sobre una silla de ruedas, la cabeza ladeada dispuesta al babeo seguro.

Fueron veinticuatro las horas que duró el viaje desde Inglaterra a Chile. En ese corto espacio de tiempo se produjo el milagro. Cuando Pinochet descendió del avión en Santiago de Chile era un hombre totalmente distinto del que reflejaban las últimas imágenes de su cautiverio. Sonriente se levantó de la silla de ruedas, rechazó el apoyo que le brindaban sus acompañantes, con paso firme para sus ochenta y cuatro años se dirigió y les habló con soltura a los jefes militares que acudieron a recibirle . Era el jefe impartiendo órdenes, a unos devotos subordinados. Completó el espectáculo: el despliegue bélico. Con unidades especiales en ropa de combate, la cara tiznada y armamento de guerra.

El vuelo rasante sobre el palacio presidencial de la Moneda del helicóptero que lo trasladaba al hospital. La desobediencia de los mandos militares a las autoridades civiles dandole un recibimiento con rango de Jefe de Estado, asemejaban más la llegada de Pinochet a una toma de poder, que al regreso de un convicto.

En esta milagrosa curación parece que tuvo mucho que ver la electricidad. Desde el comienzo de su invención se le dio a esa energía poderes curativos para la demencia. Pero en este caso parece que no fue aplicada con el mismo método ni con similar resultado. En Alguien voló sobre el nido del cuco, Jack Nicolson, también fingidor de locura como el general, recibe una descarga por la que se convierte en el personaje que interpreta. Pero la electricidad que curó al general era de otra naturaleza , era la de Endesa , la macro empresa eléctrica española privatizada por Aznar. Y que con sus multimillonarias inversiones en la chilena Enersis, veía que el asunto Pinochet ponía en peligro la rentabilidad del capital invertido. El 29 de abril del año pasado el presidente de la mencionada compañía, el ex ministro del interior Rodolfo Martín Villa, declaraba que “el tratamiento que estamos recibiendo del Gobierno de Chile está poniendo en peligro una inversión comprometida de más de 700.000 millones de pesetas y este proceso esta fuertemente contaminado por factores políticos...especialmente el caso Pinochet. Se debe buscar un acuerdo extrajudicial.” Y se buscó.

Según denuncia la prensa inglesa y desmienten los gobiernos acusados. España, Chile e Inglaterra hicieron un pacto por el cual propiciarían la salida del general del Reino Unido ya que la muerte de éste en Europa lo convertiría en un héroe, se justificaron. La escenificación fue perfecta. Un siquiatra chileno se desplazo a Londres y adiestró al detenido en la simulación de los síntomas. Se habló de un empeoramiento de su salud, y se emprendió una campaña de propaganda sobre las razones humanitarias ( ya saben esas por las que se bombardea a los civiles en Yugoslavia o en Sudán) que impedían el juicio de un incapaz. Por parte española Martin Villa hacía de puente con los chilenos en el deseo de acelerar la solución final. Que se retraso un poco, por el excesivo respeto a los formalismos de los ingleses.

Cuando vieron partir a Pinochet respiraron aliviados en los tres países. Pero no contaban con una curación inmediata, más bien tenían planeada y pensada una recuperación lenta que tuviera a Pinochet apartado y a ellos libres de las críticas. Con la hipocresía ensayada en estos quinientos tres días de detención , manifestaron que se había ido a su pesar, que habían sido obligados a soltarlo. Pero liberaban, argumentaron, a un viejo al que la reclusión había herido de muerte.

La “resurrección milagrosa” estropeó sus planes.

Frei, el presidente saliente de Chile, y el recién elegido, el socialista Ricardo Lagos, claman ahora contra la actitud de Pinochet. Cuando ellos fueron quienes más presionaron para su puesta en libertad. Ven un ejercito que no dominan y que bajo la influencia clara de Pinochet impone la libertad vigilada de la democracia chilena. Matutes , Martín Villa y Aznar estaban felices con su eléctrica salvada y salvadora. Ahora dudan entre explicar a su país su papel en la liberación de un hombre a todas luces peligroso, o echarle la culpa a los otros que pueden si se enfadan decir la verdad.

En Chile la vida política gira otra vez alrededor del dictador. El ministro de Defensa pide explicaciones a los cuatro generales en jefe del ejercito sobre su asistencia al recibimiento. No se las dan. El Magistrado Guzmán inicia un proceso de desafuero contra él (suspensión de inmunidad) y pide un reconocimiento médico para saber si puede ser imputado. Parece que cuando oyó la noticia se echo a reír. Ricardo Lagos exige que no vaya a su toma de posesión pero como vaya no sabe que hará...

El juez Garzón calculó todos los recursos legales que lograrían el procesamiento de Pinochet. Los preparó concienzudamente para evitar su escapatoria, pero se olvidó del poder de la electricidad, y ese poder fue el que hizo libre y curó a Pinochet. ¡Pobre Pueblo Chileno, que cara paga la luz!

Segovia, 7 de marzo del 2000

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Olvidar para vivir.

El pianista. (Crítica Cinematográfica)
DIRECTOR: Roman Polanski
GUIONISTA: Ronald Harwood
AÑO DE PRODUCCIÓN: 2002




En Varsovia, en un estudio de radio, un hombre interpreta a Chopin. Se oyen explosiones. Tiemblan las ventanas. La cabina de control de sonido queda desvastada. El pianista continúa tocando, se niega a seguir a los técnicos que huyen. Hasta que el cristal que aísla el estudio estalla. La realidad interrumpe la música y el hombre se disuelve en la multitud. La película comienza con una bella secuencia que resume la historia y el carácter del personaje.

Dirigida por Roman Polanski y ganadora de la Palma de Oro del Festival de Cannes del año 2002, “El pianista” se apoya en las memorias del pianista judío polaco Szpilman para abordar los terribles sucesos acaecidos en el gueto judío de Varsovia durante la ocupación nazi. La cámara usa la mirada desvalida del músico para describir aquellos episodios históricos donde la crueldad humana llegó a unos límites inimaginables.

Polanski que sufrió en su niñez una experiencia paralela en el gueto de Cracovia, siempre se había negado a tratar este tema en el cine. Incluso rechazó la oferta de Spielberg para dirigir “La lista de Schindler”. ”En el momento que se me propuso”, declaró, “consideré que los sucesos estaban muy cercanos a mi… Tal vez el motivo era otro: necesitaba contar mi propia experiencia, pero era incapaz de hacerlo. Cuando leí las memorias de Szpilman me vi totalmente reflejado, él contaba lo que yo vi y creí no ver”.

El pianista es separado de su familia por la policía judía y salva la vida gracias a un oficial alemán (Thomas Kretschmann) admirador de su música.

Roman Polanski tardó mucho en hallar al actor que interpretaría a Wladyslaw Szpilman: “Cuando vi algunas películas de Adrien Brody, no vacilé, era el pianista”.

Polanski refleja en un estilo clásico y lineal, alejado de su cine anterior, los sentimientos de una víctima, un músico reducido al silencio, que asiste a los acontecimientos amnésico y paralizado ente lo que ve, como si el dolor lo ausentara del lugar donde está obligado a vivir.



Como curiosidad podéis escuchar la canción que Jorge Drexler compuso en el 2005 basándose en la misma historia aquí.

miércoles, 20 de agosto de 2008

La desilusión de crecer.

Felices dieciséis. Sweet Sixteen.
(Critica Cinematográfica)
DIRECTOR: Ken Loach
GUIONISTA: Paul Laverty
INTERPRETES: Martin Compston, Michelle Coulter, Annmarie Fulton
AÑO DE PRODUCCIÓN: 2002




Al pasar el discurso sociopolítico a un segundo plano, el realizador británico Ken Loach consigue con “Felices dieciséis” (“Sweet Sixteen”) una depurada película. Sobre un fondo de miseria social y afectiva, elabora una tragedia clásica entre una madre y su hijo adolescente (“Edipo rey”). Criminal por el deseo de constituir una familia donde el centro sea ella.

Como todos sus compañeros, Liam sobrevive del trapicheo, y del hurto ocasional de pequeñas cosas. Cuando roba las existencias de unos traficantes de droga observa su desesperación a través de un catalejo en gesto temerario e infantil. Llevó a cabo la mayor hazaña a la que un valiente puede aspirar en el mundo.

Sin embargo, en este universo deprimente, Liam tiene un ángel de la guarda, su hermana, y sobre todo una estrella, su madre, que va a salir de prisión unos días antes de su decimosexto cumpleaños. Para esta madre, a quien desea asegurar la vuelta en las mejores condiciones, Liam va a jugar a la vez el papel de hijo perfecto y de marido emérito subiendo uno por uno los escalones de la mafia local.

Con “Sweet Sixteen”, Ken Loach vuelve a visitar un terreno conocido, ya admirablemente tratado en “Ladybird, Ladybird" y “Mi nombre es Joe”, dos de sus mejores películas, allí donde se extiende el mismo horizonte social: la miseria afectiva y la indigencia material de personajes irremediablemente abandonados a ellos mismos.

Pues “Sweet Sixteen” es accesoriamente una película social y, más fundamentalmente, el terrible relato de un chico que no comprende que su vida de hombre debe escribirse sin su madre. Para explicarlo, Loach se ha valido de la interpretación formidable de Martin Compston, un joven sin ninguna experiencia como actor que le da al personaje de Liam una carga humana insospechada. Una apariencia de realidad que estremece, mediante una cara donde los rastros de la adolescencia son aún visibles, con su perpetua gorra, con la ingenuidad suicida de sus actos motivados por los pocos años, a pesar de los muy duros e intensos que estos hayan sido vividos.

Para contar su historia, Ken Loach supo encontrar la forma ideal del cine de género. “Sweet Sixteen” esta construida como las películas de gángsteres de los años 30, donde detrás de la ascensión y la caída del criminal se dibuja un sentimentalismo paternalista, presagio de su declive. El modelo de “Sweet Sixteen” podría ser “Al rojo vivo”, de Raoul Walsh, con James Cagney en el papel de un implacable criminal obsesionado por el cariño de su madre.

Loach, además, lo filma con destreza, con un sentimiento impecable de la elipse, un montaje ágil, una utilización parsimoniosa de la bella música de Jorge Fenton. Pero, sobre todo, se apoya en una inversión inteligente de los códigos de género. Mientras que se hace potencialmente una máquina de delinquir, que hasta rompe con los mejores amigos de la infancia, Liam también se confirma como una maquina de gustar. Es un monstruo, pero el espectador desea darle un abrazo.

Presenciamos aquí el dispositivo más brillante jamás puesto a punto por Ken Loach. Su crítica no se refiere a la situación material de Liam y de sus compañeros-el realizador se abstiene de proponer la menor solución-. Son un simple encadenamiento de acontecimientos que hacen considerar naturales las continuas fechorías de Liam y su integración en el medio del crimen. Es lógico, pero al mismo tiempo desesperante, que este chico venda su alma al diablo para reencontrar a su madre y reconstruir una apariencia de familia. Haciendo esto, Liam pierde todo, a él, a su madre, a su hermana, a sus amigos: el infierno le pertenece.

martes, 29 de julio de 2008

Locura de amor.

Pensamientos Impuros

Bajo ese título genérico se reúnen un grupo de artículos sobre temas de actualidad, que fueron publicados en diversos medios de comunicación a principios de la década del dos mil.

Pretendo más una labor de compilación de lo disperso que una recuperación de lo interesante. El tiempo no perdona a nada ni a nadie. Tampoco a las opiniones.


María Casal se internó en el mar para morir. No sabía, seguro, que de la misma manera se había suicidado la poetisa argentina Alfonsina Storni. El sentirse incapaces para soportar la enfermedad empujó a las dos en su decisión; a Alfonsina su propia dolencia, a María Casal la de su hijo.

María Casal vivía en Narón un pueblo marinero de la provincia de la Coruña. Tenía un hijo Óliver Bouza de diecisiete años de edad, que desde los diez había manifestado trastornos psíquicos. Primero interno en un “Centro de Menores” sin cuidados específicos, después tratado en los llamados “Centros de Día”, su enfermedad se fue agravando y haciéndose cada vez más violenta. Cuando llegaba a casa a las dos, venía acompañado del infierno de su locura, del sufrimiento que la esquizofrenia impone en los intercambios con la realidad a estos enfermos. Las agresiones a su madre, los destrozos o las crisis de llanto eran sucesos cotidianos que la familia debía soportar. María recorrió desesperada todos los lugares donde podían escucharla , donde creía poder hallar una solución. Hasta en uno de esos programas de televisión que se nutren de los despojos que deja la infelicidad de alguna gente, se prestó a contar su historia, pensando que algún responsable sanitario se conmovería con su relato. No lo consiguió. Aquella mañana de marzo, cuando su hijo volvió a casa lo mató con un cuchillo de cocina.”Era lo que más quería en el mundo”, había dicho muchas veces; por eso no pudo resistir su pérdida y se suicidó después.

La reflexión que surge ante estos hechos, repetidos continuamente en diversos grados de tragedia a lo largo del país, debe ser una reflexión de naturaleza política. Estas muertes ocurrieron porque las instituciones, fundamentalmente las autonómicas, carecen de centros para tratar a estos adolescentes psicóticos (una edad por lo demás muy crítica para su dolencia) cuyas conductas violentas no aconsejan una vida en familia. Es cierto que la reclusión de los esquizofrénicos, por poner un caso, no goza de buena prensa, después de las viejas divagaciones de la anti-psiquiatría. Pero no se trata de vigilar y castigar. El caso es ayudar a estos enfermos cuyo sufrimiento en el delirio, en la disociación de su personalidad es terrible, y por otro lado darle a las familias la libertad, la tranquilidad y la paz que tienen derecho a disfrutar en el espacio de sus hogares.

Fraga dijo un día que Galicia, con provincias como Lugo donde los mayores de sesenta y cinco años ya doblan en número a los menores de quince, tenía el problema de envejecimiento mayor del mundo. Que la Xunta va a ayudar a las familias para que tengan hijos pues es una cuestión de Estado. Al día siguiente, ante la muerte de Oliver, comentó, cortante, a la pregunta de un periodista. “Los únicos responsables de esta tragedia es la familia del joven.” Fraga al final siempre se le escapa lo que piensa, ¿cuestión de carácter?..., tienen razón, cuestión de ideología.

Segovia, 4 de Abril del 2000

martes, 8 de julio de 2008

Todos tenemos días malos.

Retratos de una obsesión (Critica Cinematográfica)
DIRECTOR: Mark Romanek
GUIONISTA: Mark Romanek
AÑO DE PRODUCCIÓN: 2002




La risa y el llanto están separados por una delgadísima línea transparente. Lloramos ante una buena noticia o nos embarga la más imparable de las carcajadas ante la desgracia repetida. “¡Ya no sé si reír o llorar!”, solemos decir. A los niños les dan miedo los payasos vistos de cerca y les divierten los monstruos más horribles. Esa difusa frontera debió sugerir a Mark Romanek, el director de “Retrato de una obsesión”, la idea de utilizar un cómico para interpretar el papel de un psicópata asesino. Después de muchas pruebas contrató a Robin Williams.

Ese es el principal atractivo de la película. ¿Logrará el actor, tan encasillado en papeles de bondadoso simpático, que los espectadores se echen a reír en vez de a temblar? Eso de las emociones es algo tan personal que sólo viéndola podrán comprobarlo. Robin Williams, siempre irónico, respondió al interrogante: “A los únicos que he visto temblar, por ahora, es a los productores, ante el miedo a perder su dinero”.

Aparte de la singularidad del protagonista, la película es una más entre las muchas sobre psicópatas, rodadas con gran despliegue de medios en los últimos años en EEUU. Una puesta en escena sobrecogedora nos muestra a un empleado de una tienda de revelado rápido de fotografías, avasallado por la vida. Solitario, rodeado de gentes ajenas como cosas, fantasea sobre los parientes que no tiene. Incapaz de sobreponerse a una rutina obligada, mira, y goza o sufre los acontecimientos a través de las fotos de sus clientes. Especialmente con las de la familia de la protagonista.

El desarrollo de la trama -retratada siempre en colores blancos, beige y azul grisáceo, y empleando un rodaje académico casi exagerado (enfoques insistentes, movimientos lentos de cámara)- consigue, con la ayuda de un contenido Robin Williams, describir la psicopatía, de apariencia imposible, del personaje y lograr que la intriga ”progrese adecuadamente”.

Aunque al final se desinfle en desenlaces demasiado previsibles, en confesiones inconfesables (traumas infantiles), que incluso ponen en movimiento los brazos de Williams hasta el momento perfectamente controlados.

Y la moralina. La cargante moralina americana o la herencia calvinista o lo que sea, que achaca cualquier desgracia que a uno le pase a un error previamente cometido. Castigo divino que caerá sobre el pecador y su familia. Si los tiempos le maltratan, algo habrá hecho para merecerlo. Aplíquense el cuento. Si salen decepcionados de la película, algún remordimiento les atormenta cuando compraron la entrada.


lunes, 16 de junio de 2008

Atraco en “prime time”.

Ni a favor ni en contra, sino todo lo contrario.
(Crítica Cinematográfica)
DIRECTOR: Cédric Klapisch
AÑO DE PRODUCCIÓN: 2002


Cartel de la película


El director francés Cédric Klapisch (“Una casa de locos”) ha frecuentado casi todos los géneros cinematográficos, al estilo de aquellos artesanos habituales en la realización de mediados de siglo pasado, hasta que en los años setenta la nouvelle vague impuso el cine de autor y la firma de la obra cinematográfica. Esa aparente humildad no ha impedido que si excelente oficio esté revestido de un meritorio toque personal. En “Ni a favor ni en contra (sino todo lo contrario)” aborda el cine de criminales, lo hace con un guión original y consigue una excelente puesta en escena de lo que a simple vista puede parecer una esperpéntica narración. Una chica de buena posición arrastrada a los bajos fondos por el ansia de apagar el aburrimiento que a los jóvenes del presente consume, no es algo nuevo como tema. El enfoque que le da Klapisch, si.

Un humor negro, una acción trepidante y el retrato de las relaciones personales en un mundo – el de la delincuencia- en el que se da por supuesto que no existen, confeccionan una trama que no sólo traspasa aquello a lo que todo relato aspira: contarnos lo que debajo de la piel y la apariencia guarda cada personaje.

Destaca el personaje femenino interpretado por Marie Gillain y la primera media hora. Con estos escuetos elementos, Klapisch casi roza la excelencia.


jueves, 5 de junio de 2008

Pedro Temboury vuelve con “Ellos robaron la picha de Hitler”




"Ellos robaron la picha de Hitler” se estrena por fin este viernes en Madrid y Barcelona. El responsable de la genial “Karate a muerte en Torremolinos”, Pedro Temboury, vuelve al cine con esta prometedora comedia al más puro estilo de los ochenta. El protegido cinematográfico de Jess Franco asegura que el cine barato es el futuro, sobre todo en tiempos de crisis, y da unas recomendaciones para conseguir una buena película de serie B: buena música, algún rostro conocido y muchos amigos para el reparto, una historia corta para no aburrir al personal y una promoción a base de mercachifles(camisetas, muñecos, mecheros…).

Recordar que Temboury también participo en “El infierno virtual del Doctor Wong", y más recientemente en “See you later Cowabunga "


viernes, 30 de mayo de 2008

Una chica de verdad.

Giro inesperado (Crítica Cinematográfica)
DIRECCIÓN: Philip Kaufman
GUIONISTA: Sara Thorp
AÑO DE PRODUCCIÓN: 2004



El director de este thriller de asesinatos en serie es Philip Kaufman, un hombre con ansias de hacer un cine independiente y meritorio a quien la despiadada realidad del fracaso hizo entrar en la senda del amanuense distinguido, del artesano a sueldo. Es una película que sigue la senda de “Seven”, que utiliza sus recursos, en aquel tiempo sorprendentes, ahora resesos. Que usa, es cierto, algo innovador, una mujer, interpretada por la excelente Ashley Judd, que permite hacer lo que la moral dominante considera estupendo en un hombre, despreciable en una mujer. Bebe, se acuesta con quien le da la gana y no soporta que le pidan explicaciones. También destacables sus compañeros de reparto, Samuel L. Jackson y Andy Garcia, que acabará ganando a Denzel Washington interpretando a policías.

Pero bajo esa aparente tolerancia, el pobre Kaufman intenta camuflar la total ausencia de originalidad narrativa con un mensaje pacato en el que se afirma la primacía de los lazos de sangre sobre cualquier relación humana. Flota en este thriller sin suspense un perfume tenaz de puritanismo. Entretenida y sin complicaciones, que era a lo que al director le habían pedido.



miércoles, 28 de mayo de 2008

Ozon investiga.


Swimming Pool (Critica Cinematográfica)
DIRECTOR: François Ozon
GUIONISTA: François Ozon y Emmanuèle Bernheim
INTERPRETES: Charlotte Rampling, Ludivine Sagnier, Charles Dance
AÑO DE PRODUCCIÓN: 2003



François Ozon es uno de los “niños terribles” más brillantes de su generación, el más brillante realmente . Su cine arriesgado y evocador recuerda al estilo de Chabrol o Hitchcock. Tras “Ocho mujeres”, Ozon estrena “La piscina” una historia perversa, porque el más avezado espectador de películas de intriga será incapaz de adivinar su final, el más degenerado de los llamados “transgresores” urdirá una trama tan escandalosa. “Después del éxito de mi anterior película, una de las primeras cosas que me planteé fue volver a un cine más intimista, más simple, con menos personajes.” declaró Ozon.

Y lo cumplió. Pero hay intimidades tan inquietantes que es mejor queden en el secreto personal e intransferible. En las letras irreales de los libros

Sarah Morton (Charlotte Rampling), escritora inglesa de novela policíaca de gran éxito, viaja a Francia, a Lubéron, a la casa de su editor para descansar y escribir. Pero una noche, Julie (Ludivine Sagnier), la hija francesa de su editor, se presenta en la casa y acaba con la tranquilidad de la novelista.

Las dos actrices ya habían trabajado con el director anteriormente. Ozon les ha dado la oportunidad de lucirse con esta película. Charlotte Rampling, que ya protagonizó “Bajo la arena”, ha expresado su agradecimiento al francés por volverla a poner en la cresta de la ola y ha elogiado a su joven compañera de reparto.

Al principio, Francisco Ozon había previsto que el personaje finalmente interpretado por Sagnier (“Gotas de agua sobre piedras calientes”) fuera un chico. Pero en el curso de la escritura, le pareció más interesante confrontarle a una mujer a una chica. “Enfrentar a Charlotte Rampling y Ludivine Sagnier me daba la posibilidad de insinuar una relación madre/hija, y la de poner cara a cara a una actriz consagrada y a una actriz joven”.

Para darle más credibilidad al personaje de la novelista inglesa, François Ozon contactó con Emmanuèle Bernheim, especialista de este tipo de escritores, que le alumbró sobre la psicología de estas mujeres, “con tendencias alcohólicas o lésbicas a menudo no asumidas, y su fascinación para las perversiones”. Y hubo alguna de ellas que se dieron por aludidas, que los espectadores les pongan los nombres.



viernes, 23 de mayo de 2008

Leatherface remata el trabajo.


La matanza de Texas 2004 (Crítica Cinematográfica) 
DIRECTOR: Marcus Nispel
GUIONISTA: Scout Kosar
AÑO DE PRODUCCIÓN: 2003


La matanza de Texas 2004” tiene dos fuentes de inspiración: unos hechos reales y la película del mismo título. En 1976, la policía de Texas encontró los restos de 33 cuerpos en la granja de Thomas Hewitt, antiguo empleado de un matadero. Aquel siniestro personaje ejecutaba a sus víctimas usando una motosierra con la que las despedazaba. Al año siguiente el director Tobe Hooper realizará con un presupuesto exiguo un filme considerado un clásico.

La nueva versión es difícilmente comparable con la película de Tobe Hooper por las condiciones en que fue rodada y los objetivos que persigue. La actual, producida por Michael Bay, especialista en películas por encargo en el que el único fin es la rentabilidad, huye, por definición, de cualquier ruptura innovadora. La sorpresa es que “La Matanza…2004”, sin encontrar un verdadero vinculo con el original, se inscribe en la tradición del horror americano de los años 70. Ninguna concesión a tramas secundarias, un estilo conciso y seco, y el espanto como único motor dramático.

El director, proveniente del videoclip y la publicidad, recurre a excelentes planos muy bien realizados pero quedan algo aislados dentro de la narración. Al contrario que la original le faltas escenas de suspense que refuercen el efecto terrorífico con es reserva inagotable de imágenes. Y aunque imita torpemente la desmesura de la primera matanza en algunos momentos reactiva la potencia del espanto. Indispensable para amantes del género.


lunes, 19 de mayo de 2008

Los zombies de Robert Kirkman

Esta semana he descubierto el comic “Los muertos vivientes”, guionizado por Robert Kirkman e ilustrado por Toni Moore y Charlie Adlard. En España tan solo se pueden encontrar cinco tomos de la serie, el sexto sale en este mes de mayo, mientras que en E.E.U.U ya son ocho los tomos publicados.

“Los muertos vivientes” resalta las conductas sociales en situaciones extremas o ante la perspectiva de un futuro apocalíptico. No se trata de ofrecer al lector una violencia gratuita, sino de despertar su conciencia consiguiendo que se pregunte: “¿Cómo me comportaría en una situación como esa?” La evolución de los personajes a lo largo de la historia, o cómo se agrupan, en mezclas más que heterogéneas inexplicables, con el fin de sobrevivir son algunos de los temas que subyacen bajo la piel de unas viñetas llenas de plasticidad, entretenimiento y aventuras apasionantes.


viernes, 7 de marzo de 2008

Cuando llegué el muro ya no estaba allí.




Ese tipo que va al club de golf si lo hubieras visto ayer
dando gritos de “Yankie go home”, coreando slogans de Fidel.
Hoy tiene un adoquín, en su despacho, del muro de Berlín.
Ese mismo que tanto admiró la moral estilo soviet
por un catorce por ciento cambió, la imaginación al poder.
Desde que a Hollywood, llega una línea, del metro de Moscú.

Ha vuelto Rasputín, se acabó la guerra fría
que viva la gastronomía.
Y uno no sabe si reír o si llorar
viendo a Rambo en Bucarest fumar la pipa de la paz.

Desde que “al capitán Goma Dos” con spray pintaba en la pared,
sufre de exceso de colesterol si fluctúan los tipos de interés.
Y tiene un adoquín, en su despacho, del muro de Berlín.

No habrá revolución, es el fin de la utopía
que viva la bisutería.
Y uno no sabe si reír o si llorar
viendo a Trotsky en Wall Street fumar la pipa de la paz.

Ha vuelto Rasputín, se acabó la guerra fría
que viva la peluquería.
Y uno no sabe si reír o si llorar
por lo menos que le pongan hash a la pipa de la paz.

Siempre que lucha la KGB contra la CIA
gana la final la policía
sobre el rencor de clase floreció el amor,
ayer Lenin y Sza Sza Gabor se casaban en New York.
No habrá revolución se acabó la guerra fría
se suicidó la ideología.
Y uno no sabe si reír o si llorar…

"El muro de Berlín" de Joaquín Sabina
Album: Mentiras Piadosas (1990)

viernes, 15 de febrero de 2008

F.A.N.T.A. en vivo

Aquí una pequeña muestra de lo que fue la actuación del grupo punkrock F.A.N.T.A. en La Fabrica de Chocolate en Vigo, el pasado noviembre. No les falta energía y verlos en directo es un verdadero lujo. De modo que si os quedáis con ganas de más o os apetece un concierto estilo Ramone con canciones disparatadas encadenadas una tras otra, los podreis ver el 22 de febrero en Barcelona y el 7 de marzo en Madrid. Y en breve en Alemania!!!