Odiseo y el Mar
TÍTULO ORIGINAL: Song of the Sea DIRECTOR: Tomm Moore
GUIONISTA: Will Collins sobre una historia de Tomm Moore
AÑO DE PRODUCCIÓN: 2014
La canción del mar, película de dibujos dirigida por el irlandés Tomm Moore en 2014, es una entusiasta loa a un modo peculiar de entender el arte de la animación a la par de una defensa de la variedad de temas que este género puede llegar a tratar.
Actualmente, el mercado está dominado por la animación 3D y repleto de guiones con conclusiones heartwarming, en el que se nos incita a ver un lado idealizado de las cosas. El paradigma de esto es la última obra salida de la factoría Pixar: Inside out. Por el contrario, el director irlandés, en su segundo largometraje, opta por el clásico 2D y por tratar la aceptación del dolor como parte de nuestra vida. Sin cortapisas, sin aspavientos.
Actualmente, el mercado está dominado por la animación 3D y repleto de guiones con conclusiones heartwarming, en el que se nos incita a ver un lado idealizado de las cosas. El paradigma de esto es la última obra salida de la factoría Pixar: Inside out. Por el contrario, el director irlandés, en su segundo largometraje, opta por el clásico 2D y por tratar la aceptación del dolor como parte de nuestra vida. Sin cortapisas, sin aspavientos.
Fotograma de La canción del mar |
El film es estéticamente brillante. Una filigrana técnica desde el concepto visual, pasando por una hermosa animación y terminando con unos efectos especiales perfectamente integrados. Todos los elementos se unen en un tapiz armonioso y bello, que se va desvelando poco a poco durante toda la película ante un atónito espectador.
Igual que en su anterior película, la nominada al Oscar: El secreto del libro de Kells, Tomm Moore confía el concept art a su compatriota Ross Stewart. Consigue así establecer un estilo propio y característico enraizado en la cultura popular irlandesa, y además logra diferenciarse de otros estudios europeos de animación –devotos de la línea clara–. Sus personajes heredan las líneas coloridas y sus fondos las texturas a lápiz o a acuarela propias de la ilustración infantil de larga tradición en Europa. También sus juegos de perspectiva evocan las pinturas naif de Klimt, y como aquellas, bajo su aparente sencillez se esconde una complejidad de concepto y de ejecución.
Igual que en su anterior película, la nominada al Oscar: El secreto del libro de Kells, Tomm Moore confía el concept art a su compatriota Ross Stewart. Consigue así establecer un estilo propio y característico enraizado en la cultura popular irlandesa, y además logra diferenciarse de otros estudios europeos de animación –devotos de la línea clara–. Sus personajes heredan las líneas coloridas y sus fondos las texturas a lápiz o a acuarela propias de la ilustración infantil de larga tradición en Europa. También sus juegos de perspectiva evocan las pinturas naif de Klimt, y como aquellas, bajo su aparente sencillez se esconde una complejidad de concepto y de ejecución.
Fotograma de La canción del mar |
El guion parte de la típica estructura de viaje de vuelta a casa. Narrada tantas veces desde el Ulises de Homero. Sobre esos cimientos, el film se sitúa en la Irlanda actual ─con sus pubs y sus pintas de cerveza negra, con su abuelas bebedoras compulsivas de té y con sus gruñones conductores de autobús─ para adentramos poco a poco en un mundo mágico. Un mundo mágico, donde se reconoce el folklore irlandés: los gigantes de piedras, los druidas y por supuesto selkies, esos seres medio foca medio humanos que pueblan el mar del título. Sus personajes son oscuros, quizá tristes y melancólicos, pero al ser tratados con normalidad, desmitifican su dolor.
Tomm Moore con sus dos películas ha marcado el camino a seguir por los estudios de animación europeos. Marcar la diferencia estética y temática con tus vecinos norteamericanos. Todo era sencillo, se trataba únicamente de volver a casa.
Tomm Moore con sus dos películas ha marcado el camino a seguir por los estudios de animación europeos. Marcar la diferencia estética y temática con tus vecinos norteamericanos. Todo era sencillo, se trataba únicamente de volver a casa.