Esta semana son innumerables las muestras de repulsa ante la barbarie del “Toro alanceado de Tordesillas”. La noticia ha abierto los telediarios; ocupado abundantes minutos en las tertulias, políticas o no, de radios y televisiones; cubierto espacios destacados en los periódicos de toda España. Es lógico. No hace falta echar mano a la Historia de almanaque esgrimida por defensores y críticos para concluir que es una crueldad gratuita, una diversión de salvajes.
Disiento en lo de tradición medieval. En las imágenes emitidas sobre este suceso, aparecen alusiones a héroes del futbol actual. “Me sentí Cristiano Ronaldo”, dijo el caballero campeón. Y la indumentaria y las actitudes de horda fuera de control de los participantes, tienen mucho más que ver con el gregarismo de las “masas civilizadas para no pensar” de nuestros tiempos, que con los ancestros a los que se cita.
Sigo a Erich Fromm cuando opino: que el “carácter social” es aquella estructura de comportamientos aceptados por la mayoría de los miembros de una sociedad histórica determinada. La gente cree hacer voluntariamente lo que el grupo espera que haga, para garantizar el funcionamiento del sistema. Estamos en el tiempo del consumismo desenfrenado, de la conversión de todo en mercancía, también de las personas: incluido su correspondiente etiquetado indeleble que llaman tatuaje, en una semejanza quizá alegórica con el hierro que marca al toro desde su nacimiento. Nuestros ganaderos invisibles son los dueños del Mercado Global que mueven los hilos del poder. Con la sutil amenaza del no seas raro no seas distinto, intentan crear rebaños seguidores de Lynch. Hoy fue un toro alanceado. Ayer un torero insultado hasta la vejación. ¿Mañana los somatenes matamoros en Badalona?
Pues en este mundo de personas, que como dice el poeta: viven dramas pasionales con las máquinas y son siempre muchos aunque estén siempre solos. Hasta a quienes criticaron los terribles hechos del Toro de la Vega, les cuesta salirse del camino trazado. Así, dedicaron apenas unas líneas a la noticia –coincidente en el tiempo con la anterior–, de que el Gobierno ha indultado parcialmente a tres mossos d'esquadra, condenados por detener ilegalmente y torturar a un hombre; tras mantener una discusión con él, cuando estaban fuera de servicio. Medida de gracia con la que evitarán su ingreso en prisión.
Todos debemos seguir a la mayoría, o nos expulsarán. Seguro.