GUIONISTAS: Jesse Alexander, Randy Kornfield y Ellory Elkayem.
INTERPRETES: David Arquette, Kari Wuhrer, Scott Terra, Scarlett Johansson
INTERPRETES: David Arquette, Kari Wuhrer, Scott Terra, Scarlett Johansson
AÑO DE PRODUCCIÓN: 2002
A quien debe escribir un libro fascinante, marcar un penalti en el último minuto de un partido empatado, imaginar y rodar la película del año, porque eso es lo que todo el mundo espera de él; suele pasarle: que la novela le sale parecida a la de un famoso escritor, el balón lo atrapa el portero y la película es un bodrio. Algo así debió ocurrirle al neozelandés Ellory Elkayem director de “Arac Attack”. Las expectativas destrozaron su pulso y el cántaro de la lechera se rompió.
Hace cuatro años (tenía 26), E. Elkayem presentó en Estados Unidos su corto “Más grande que la vida”, rodado en blanco y negro, donde en apenas trece minutos conseguía describir con originalidad y humor la relación de mutuos terrores, infundados ambos, entre una ama de casa y una araña. Varias veces premiado, los cazatalentos de la industria cinematográfica de Hollywood no lo dejaron escapar. Pero debieron pensar que, en vez de a un director de cine, habían fichado a un entomólogo. Su entrenamiento (“training”, dicen los entendidos) consistió en un telefilm (“Están dentro”, 2002) en el que se narran la aventuras de un cirujano al que le tiemblan las manos, y se va a descansar a una isla, la cual sufrirá una invasión de cucarachas. Las manos le transmiten el temblor al resto del cuerpo, ya no de cansancio, ahora de miedo. Fue un éxito.
Tal vez por esos antecedentes, para su debut en el cine escogieron una historia también de bichos. En colaboración con el guionista, Jesse Alexandre escribió en relato con todos los ingredientes de las películas de ese género de los años cincuenta (“La humanidad en peligro” o “Tarántula”, ambas de 1954). Miedo nuclear: un vertido tóxico produce una mutación en unas arañas convirtiéndolas en monstruos. Corrupción: el alcalde es el que autoriza esos vertidos para enriquecerse, después manipula la información. Heroicidad militar, la sheriff, (una mujer, estética vigilante de la playa, los tiempo cambian, aunque los cincuenta sean los mismos y Arizona también) se enfrenta al peligro.
La introducción de la historia, cercana a una telenovela es lo mejor. Desde que aparecen los bichos la cosa pierde mucho. El guión hace más hincapié en el lado cómico de las situaciones y deja el terror en un miedo suave cercano al cariñoso homenaje a sus precursores.
Si hubiera que adivinar el protagonista ideal para esta película donde se combina susto con carcajada, a partes iguales, pocos no acertarían, pues David Arquette, interprete de “Scream”, tiene el currículo más adecuado para ganar la plaza. Él es el ingeniero de minas que ayuda a la valiente sheriff, (Kari Wuhrer, normalmente en papeles de blando erotismo). El alcalde es un mediocre Leon Rippy, su hijo atontado (Matt Czuchry) corteja a la guapa Scarlett Johansson (“Match Point”) en el papel de la rebelde hija de la sheriff. Ninguno se luce demasiado. No es una historia que se lo demande. Simplemente están bien. Lo cual es de agradecer. Su oficio salva en algo el nivel de la cinta.
Muchas veces, cuando vamos al cine en verano la película no es lo más importante. Si desea encontrar tranquilidad y confort, mientras se ve una película que no precise mucha atención. No lo dude, ésta es su película. Le entretendrá, le hará reír y la podrá contar sin grandes derroches de memoria si se ven obligados a justificar la escapada. Miren por donde al final el director consigue cubrir objetivos. ¡Que se diviertan!
Curiosidades: ¿”Irak ataca”?
El título de “Arac Attack!”, por presiones del Pentágono, fue sustituido en Estados Unidos por “Eight Legend Freaks” debido al parecido fonético del titulo con: Irak ataca. Paranoia habemus. Los productores son “Centropolis Inc” ("Gozzilla", "El patriota", "Independence Day"…) que suelen seguir la estela de los éxitos de la factoría Spielberg, en este caso la “Aracnofobia” (1990). La compra de los derechos se negoció en principio con Columbia, distribuidora habitual de Centropolis, al ser rechazada la oferta la vendieron a Warner Bros.