lunes, 15 de diciembre de 2008

Sólo autorizada para menores de ocho años (acompañados)

La edad de hielo. Ice Age. (Crítica Cinematográfica)
DIRECTORES: Chris Wedge, Carlos Saldanha.
GUIONISTAS: Michael Berg, Michael J. Wilson, Peter Ackerman
ESTUDIO DE ANIMACIÓN: Blue Sky Studios
AÑO DE PRODUCCIÓN: 2002




La “Teoría del Caos” ha demostrado que el aleteo de una mariposa en Pekín puede producir un diluvio en Nueva York, un beso en París: la conjunción de dos galaxias un millón de años después. Por eso, no extrañará nadie que Scrat, una ardilla previsora, en su acopio de bellotas ante el duro invierno que se avecina, provoque involuntariamente una grieta en la corteza congelada de la Tierra que envíe al espectador a La edad del hielo, título del primer largometraje de Chris Wedge (su corto de animación Buny ganó un Oscar). Esta secuencia de apertura tectónica con la que se inicia la película muestra un paisaje de grandes planicies heladas rodeadas de montañas, verticales como acantilados, que recuerdan una versión invernal de los escenarios desérticos de "El Coyote y el Correcaminos".

Y la comparación no es descabellada, porque este filme parece el retorno de los episodios de dibujos animados (cartoon) primitivos. Un género de animación en decadencia; abandonado en beneficio de historias más trascendentes en contenido, más antropomorfizadas en su aspecto y en sus caracterizaciones.

El director parece retomar la trama de "Centauros del Desierto" (1956) de Ford: tres personajes, extraños entre si, unidos accidentalmente alrededor de un líder improvisado que los protege. En este caso un mamut lanudo, acompañado de un oso perezoso y un tigre, que asumen la misión de devolver un bebé esquimal a sus padres. En esta recreación, Wedge evita la transposición compleja del recorrido fordiano, y lo reduce a un estilo charlotesco de escenas vertiginosas de acción (algunas calcadas de Indiana Jones), esquemáticas y previsibles. Tampoco pretende otra cosa.

Rodada en 3D, "La edad del hielo" es la primera película de animación de la Fox creada totalmente por ordenador. Y además de los avanzadísimos programas informáticos utilizados, que consiguen una iluminación y unos movimientos prodigiosamente hermosos, llama la atención la puesta en práctica de una antigua política de esta major sobre algunos guiones. Cuando el fundador de la compañía, W. Fox, trajo a los directores alemanes de la UFA a rodar en EEUU, con la intención de aprender las técnicas expresivas que les permitan hacer películas mudas sin rótulos. Para suavizar la seriedad trágica de los guiones formó un equipo de escritores de gag, que introducidos en la narración diesen un respiro cómico a la congoja continua del espectador. Por ejemplo, el cerdito borracho en "Amanecer" (1927) de Murnau. Aquí parece repetirse el sistema. Pues la intervención de la ardilla da la impresión de querer llenar con pequeños sketchs, ciertamente hilarantes, una acción que de tan simplona podría quedar sosa de más. Y lo logran con creces. Es casi imposible aguantar la carcajada ante las aventuras, paralelas a la trama principal, de la ardilla y sus bellotas.

Dirigida a los niños, "La edad de hielo", gustará a los padres o abuelos que los acompañen, a los tíos que se ofrezcan a llevar a sus sobrinos, a los hermanos mayores. Los que no tengan pequeños en casa que se los pidan al vecino, o vayan solos. Ir a una película únicamente a pasar un rato riéndose, u oyendo las risas de los niños ante las mismas caídas, confusiones y torpezas que nos hicieron reír a nosotros, no necesita coartadas. Aunque, como ésta, sea una película de aquellos viejos e ingenuos dibujos animados de siempre.